A principios de año salió un artículo a la revista Time Out donde se hablaba de canciones para hacer el amor… y quizás alguien se pide qué motivos puede tener alguien para escoger cierta música mientras mantiene relaciones sexuales. De motivos puede tener que muchos tipos, por ejemplo:
• Evitar que los vecinos o alguien dentro de casa (hijos, padres…) puedan escuchar el que está pasando dentro de la habitación.
• Imitar el que pasa a muchas películas, donde es habitual preparar una escena erótica con música de fondo.
• Excitarse todavía más. Hay ciertas personas que pueden tener un nivel más elevado de excitación si escuchan según qué tipo de música.
• Aprender a traer el ritmo en una relación sexual. No todas las parejas encuentran el nivel de coordinación que quizás se necesita para poder estimular bien al otro, por lo tanto, ciertos tipos de música puede ayudar a seguir un ritmo que a los dos miembros de la pareja que están jugando se los sirva como guía…
Algunas de las canciones que salían a la revista Time Out eran:
• “Je te aime” de Serge Gainbourg, donde el cuchicheo de las palabras, el ritmo lento y el contenido de la letra (y inclús algún gemido que se cuela en la canción) hizo que la iglesia la condenara y se prohibiera a media Europa.
• “Sexual Healing” de Marvin Gaye, donde el ritmo lento y el explicitado de la letra también ha hecho que sea una de las canciones más eróticas de todos los tiempos.
También hay canciones más actuales en esta lista como, por ejemplo:
• “Drunk in Love” de Beyoncé y Jay Z (): dónde, aparte de las imágenes sensuales del vídeo, también nos tenemos que fijar en el ritmo que tiene la canción.
Si os fijáis, una de las cosas importantes que tienen la mayoría de canciones que se etiquetan para “hacer el amor” es un ritmo lento. Es más, a menudo son canciones que marcan alguna tonalidad más floja y una de más fuerte. Cómo dice Paco Cabello, médico especialista en sexualidad, un buen ritmo sexual es aquel que tiene dos o tres embestidas lentas y una de más fuerte a un ritmo lento.
En un momento en que socialmente todo va mucho prisa, como dice Zygmunt Bauman, vivimos en una sociedad líquida donde todo pasa a gran velocidad y lo queremos todo inmediatamente, está surgiendo el valor añadido de disfrutar las cosas lentamente. De aquí nace el concepto de slow food y también de slow sex. Disfrutar de cada momento, sin prisa, despacio…
Os hago una propuesta: comparáis el ritmo al que invitan la mayoría de estas canciones con el ritmo al que invitan la mayoría de películas pornogràfiques… con qué ritmo os quedáis?